Entrevista con La muerte

Entrevistar a la muerte no es tarea fácil, por lo tanto me tuve que trasladar a un sitio no muy agradable; el cementerio. En este lugar esperaba encontrar al señor o señora Muerte.

Luego de un buen rato, aparece una sombra lúgubre la cual se dirige a mí lentamente, con una voz pausada y agradable me invita a que lo acompañe. Nos trasladamos a una hermosa zona, que para nada parecía un paraje donde se pudiese encontrar La Muerte. La extraña sombra se aleja y a mi lado veo una gran hoz, de la nada se escucha una voz y como por arte de magia aparece un huesudo esqueleto que me saluda con euforia.

-Mucho gusto, soy La Muerte, puede acompañarme y así me entrevista.

De esta forma comenzó todo:

-¿Qué hace la muerte?

Yo solo cumplo órdenes. A mí me dan una lista y a esas personas son las que busco. No es fácil, no hay vacaciones ni días libres y además yo solo no puedo con todo; tengo ayudantes pero a veces se equivocan. Existen varias cosas cuando alguien se salva milagrosamente, o me parece que no debe morir, lo quito de la lista sin que me vean y solo les doy un susto, o que un ayudante o pasante hace algo mal y en ese caso es un desastre.

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-¿Eres tu propio jefe?

Yo soy como el jefe de un departamento, pero trabajo. Dios y Satán son los jefes de todo. En el mundo debe haber gente buena y mala, por lo tanto ellos se encargan de mantener un equilibrio.

 

-¿A veces en tu lista aparecen nombres a última hora?

Las personas tienen su vida escrita pero las acciones pueden cambiar su destino. A veces a última hora me quitan a alguien o lo ponen en la lista y es difícil. Por supuesto, hay nombres que aparecen de la nada y esos si se mueren sin que estuviese escrito.

Por ejemplo, en Venezuela que mueren tantas personas a diario, eso no está en mi lista. Para Venezuela se ha designado un organismo especial, casi nadie dura en el puesto, es un trabajo que no te deja vida, que irónico, porque somos la muerte (risas). Pero como te decía, en Venezuela muere una persona cada 20 minutos. Ya yo ni veo la lista al final de la jornada, los ayudantes son los que se encargan del papeleo, ellos siempre están allá, nunca salen de Venezuela, por eso debemos cambiarlos cada cierto tiempo.

 

-¿Qué piensas sobre cómo te representan frecuentemente?

Bueno, me causa mucha gracia, me gusta cuando me ven como alguien divertido y no como una mala persona. Lo que siempre es cierto, es que soy un costal de huesos.

 

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-¿Te molestas mucho o algo de tu trabajo te hace molestar?

Me molesta cuando la gente me culpa de la muerte de algún familiar, yo no tengo la culpa. Lo que más me puede molestar es que muera alguien de una edad avanzada y la gente se queje, o sea, también tienen que ser conscientes, por mucho que les duela, deben dejar descansar a esa alma. Uy, otra cosa que me saca de mis casillas es cuando cupido me busca para reclamarme que tengo a una de sus almas enamoradas y que lo regrese, ese enano se pone insoportable.

 

-¿Tu trabajo es más placentero que el trabajo de tus subordinados, cuál es la diferencia?

Sí, por lo menos yo paseo por todo el mundo y me encargo de los nombres más importantes de la lista. A veces estando de descanso, me llaman de emergencia, en vez de para salvar a alguien, para matarlo.

 

-¿Cómo funciona todo?

Está bien, te explico detalladamente. A mí me dan una lista, gente buena y mala, algunos los conozco y otros no, esa lista se la paso a los ayudantes y pasantes. Yo me encargo de los nombres importantes y ellos de la gente común. Hay que saber tratar a las personas cuando se mueren, no es fácil entender que estás muerto, para eso preparamos a nuestro personal.

 

-¿Cómo saber a dónde enviar a cada alma? Porque algunas son buenas y otras malas, unos irán al cielo y otros al infierno, ¿cómo se decide eso?

Cuando las almas están con nosotros, automáticamente aparece en la lista a dónde debemos enviarlos, al cielo, al limbo o al tártaro, no me gusta decir infierno. Como te dije anteriormente, el destino de las almas está marcado por sus acciones.

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-¿Tienes una buena relación con tus jefes?

No me quejo de ellos, Dios es muy chévere, pero demasiado serio y cuando lo contradices se molesta, después se da cuenta que no tenía la razón y obviamente, ya el muerto está muerto. A veces lo que hace es que mejora la vida de los familiares o deja que esa alma los guíe por un tiempo.

Satán es demasiado divertido, serio cuando debe serlo y a veces se deprime porque nadie lo quiere. Satán y Hades comparten el tártaro, pero casi siempre andan peleando, como Hades forma parte de los dioses, quiere hacer lo que le da la gana y la cosa tampoco es así, hay mucho trabajo.

 

-¿Alguna vez has querido matar a alguien?

Yo no decido quién se muere. Me gusta hacer énfasis en eso. Así que no me pregunten por qué Diosdado Cabello no se ha muerto. En el caso de los animales, nadie influye en eso, ellos mueren cuando son ancianos y en accidentes. Cuando los asesinan lo que me provoca es ir a buscar al que le hace eso a seres tan nobles.

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-¿Qué hace La Muerte en sus tiempos libres?

Tampoco es que hay mucho tiempo libre, pero cuando puedo tomarme un descanso, me quedo en casa, juego con mi perro y de vez en cuando juego cartas con algún ángel, para ver si una persona sobrevive o debe morir. Suena cruel pero quizás esa persona tenga la misma cantidad de acciones buenas y malas, por lo tanto no deciden si debe morir o sobrevivir, entonces nosotros nos ponemos a jugar y el que gane tiene la razón.

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-¿Crees en la maldición de Ramsey?

No sé quién le hizo eso a ese pobre jugador, lo que es cierto es que cuando comenzamos a notar esa anomalía, colocamos una alerta en la oficina. Cada vez que Ramsey anota un gol, suena una alarma y me preparo para lo peor, tener que buscar a alguien que seguramente no merecía morir. Los goles de Ramsey solo han matado a dos personas que lo merecían, Osama Bin Laden y Muamar el Gadafi, a estos ni los vi, los mandé de una vez a las profundidades del tártaro.

 

-¿Piensas retirarte?

Sí claro. Pienso retirarme, para eso preparo a una persona que me vaya a suceder en el cargo.

 

-Muchas gracias por su tiempo y esta maravillosa entrevista.

A tu orden, cuando desees visitarme inesperadamente, puedes morir y hablamos un rato (risas). Cuídate mucho y disfruta de tu vida, no te diré cuánto te queda.

De esta manera y en la escena un accidente, al cual nos trasladamos luego de que La Muerte recibiera una llamada de emergencia, culmina una jocosa entrevista que me dejó una excelente impresión.

La mayoría de las personas piensa que es un ser lúgubre y siniestro; esta fue una de mis motivaciones para conocer a fondo al señor de las sombras, el encargado de sacar de circulación a las almas que ya cumplieron su misión en el mundo de los vivos.

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